Si el punto es rastrear en qué estado se encuentra la batería, entonces es mejor hacer un seguimiento de la carga que de la energía. Una batería funciona inherentemente al empujar la carga. La energía química se almacena en un número fijo (aproximadamente) de iones, lo que se traduce en una cantidad fija de carga que finalmente se desplazará.
Tenga en cuenta que la capacidad de la batería se especifica en términos de carga, no de energía. Esto se debe a que la cantidad de carga es el parámetro de tipo de capacidad más constante que existe. Las baterías son complicadas, e incluso la carga total entregada puede variar significativamente debido a la temperatura, la tasa de entrega (actual) y la antigüedad. Aún así, es una métrica más confiable que cualquier otra cosa.
Una forma de ver que la energía no es el camino a seguir es pensar en la batería de manera simplista como una fuente de voltaje en serie con una resistencia. Incluso si la carga total suministrada por la fuente de voltaje es siempre la misma antes de que llegue a 0, la energía suministrada depende claramente de la corriente. Cuanto más alta es la corriente, más energía se disipa en la resistencia interna de la batería y nunca se entrega a la carga. Considere el caso límite donde la batería está en cortocircuito. Nunca se entrega energía, pero habrá una cantidad finita de carga.