Cómo activar la tarjeta gráfica integrada para mejorar el rendimiento

Muchos ordenadores modernos vienen equipados tanto con una tarjeta gráfica dedicada como con una tarjeta gráfica integrada. Aunque la tarjeta gráfica dedicada suele ser más potente y estar diseñada para tareas exigentes como los juegos o la edición de vídeo, la tarjeta gráfica integrada puede proporcionar un rendimiento amplio para tareas cotidianas como la navegación web y la transmisión de vídeos. Además, la activación de la tarjeta gráfica integrada puede ayudar a ahorrar energía y prolongar la duración de la batería en los portátiles.

Habilitar la tarjeta gráfica integrada es un proceso sencillo que puede realizarse en unos pocos pasos. He aquí cómo hacerlo:

Paso 1: Abrir el menú de la BIO

Para habilitar la tarjeta gráfica integrada, tendrá que acceder al menú de la BIOS. Para ello, reinicia el ordenador y pulsa la tecla correspondiente durante el proceso de arranque. La tecla variará dependiendo del fabricante de tu ordenador, pero las teclas más utilizadas son F2, F10 y Supr.

Paso 2: Navegar a la configuración de gráfico

Una vez que haya accedido al menú de la BIOS, navegue a la configuración de gráficos. Esto puede estar localizado bajo un menú etiquetado como «Avanzado» o «Periféricos Integrados». Busca una opción etiquetada como «Gráficos integrados» o «Gráficos a bordo».

Paso 3: Habilitar la tarjeta gráfica integrad

Una vez que hayas localizado la opción para habilitar la tarjeta gráfica integrada, selecciónala y cambia la configuración de «Deshabilitada» a «Habilitada». Guarda los cambios y sal del menú de la BIOS.

Paso 4: Reinicie su computador

Después de habilitar la tarjeta gráfica integrada, reinicie su computadora para asegurarse de que los cambios surtan efecto.

En conclusión, habilitar la tarjeta gráfica integrada es un proceso sencillo que puede proporcionar un mejor rendimiento para las tareas diarias y ayudar a ahorrar energía en los portátiles. Aunque la tarjeta gráfica dedicada sigue siendo necesaria para tareas exigentes, habilitar la tarjeta gráfica integrada puede ser una herramienta útil a tu disposición. Sólo tienes que acceder al menú de la BIOS, navegar hasta la configuración de gráficos, habilitar la tarjeta gráfica integrada y reiniciar el ordenador para que los cambios surtan efecto.